NO SOY DE AQUÍ, NI SOY DE ALLÁ… (Facundo Cabral dixit)
o el porqué los exiliados no somos de ningún lugar
Como muchos lectores saben, mi origen y
nacimiento están en Buenos Aires, Argentina.
 |
COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES |
Allí estudié en el centenario Colegio Secundario de élite, llamado Colegio Nacional de Buenos Aires, perteneciente a
la Universidad de Buenos Aires. En ese mismo Colegio, estudió mi único hermano
que tuvo junto con mis padres la ocurrencia de prepararme para dar el temido
examen de ingreso cuando sólo contaba con 11 años y estaba terminando la
escuela primaria.
El resultado fue exitoso. Ingresé en dicho
Colegio (comparable por su programa a los más famosos del mundo, como el de
Eaton, los Liceos Franceses y los Liceos Alemanes).
Una vez terminado el Bachillerato, ingresé en
la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, de donde egresé el 1969.
Hasta ahí todo normal. Al cabo de poco me
casé; ya trabajaba en la Profesión, antes de tener el Diploma, de forma tal que
terminar la carrera no me significó un cambio grande el Título habilitante.
En los últimos años de carrera, empecé mi
tarea como Ayudante Docente, y luego durante muchos años más como Docente
Titular en la misma Facultad donde había estudiado dictando las materias de
Diseño de los dos últimos años de carrera.
 |
EL EXILIO |
La familia creció, tuvimos un varón, luego
otro y por último una chica.
En 1989, por motivos políticos (el Presidente
que se había elegido, me parecía impresentable) decidí emigrar. Primero yo y
luego mi mujer con los niños al año después.
Me instalé en Barcelona, primero codirigiendo
una Empresa Constructora y luego de casi 3 años, abriendo mi propio Despacho de
Arquitectura. Y así hasta hoy.
Tuve que adaptarme a las características de
Catalunya, formas de trabajo, idioma, sistemas en general que eran (y son)
totalmente diferentes a Argentina.
 |
BARCELONA |
Aquí, y luego de
este prólogo empieza el motivo de este post.
Estoy integrado totalmente a la manera de
vida y costumbres de Catalunya. Hablo y escribo su idioma. Tuve oportunidades y
trabajos que me llenaron de orgullo. Otros no tanto… (Se dice que nunca llueve
a gusto de todos…).
Pudimos educar nuestros hijos y todos
llegaron a donde pretendían. Trabajan y son muy bien considerados en sus
especialidades.
Viajo a Argentina, a Buenos Aires, cada año y
medio aproximadamente. Me encuentro con compañeros de esa época. Tanto del
Colegio como de la Universidad y me siento muy bien, pero al cabo de un par de
semanas, empiezo a extrañar Barcelona.
Y ahí empieza el debate interior. El recordar
de dónde provengo y a veces añorar al poco tiempo de estar allí, el deseo de volver a
mi lugar de residencia. Y aquí, en Barcelona, muchísimas veces me faltan el
calor de los amigos, el marco de referencia, que aunque cambió, luego de un
cuarto de siglo… uno desearía encontrarlos, siendo que en cambio, lo que
encontramos son los restos de lo que fue.
 |
BUENOS AIRES |
Esa esquina; ese bar, ese negocio que ya no
está y que recordamos porque íbamos con nuestra madre.
Nos quedan los olores de
la ciudad, los amigos-hermanos con los cuales nos contamos nuestras ya conocidas
historias; algún recuerdo de viejos amores; las trazas de caminatas por una
ciudad que ya tampoco es lo que era…
De ahí que la canción de Facundo Cabral, me
venga de perlas para cerrar este post. Que no quiere ser melancólico. Pero que
a todos los que nos expatriamos por algún motivo u otro, nos termina pasando lo
mismo. No somos de aquí, ni somos más ni siquiera de donde nacimos.
En ese allá (Argentina), quedaron las raíces, que cuando
nos fuimos al exilio no se arrancaron y permanecerán en ésas macetas; en esas
tierras. Quedaron, aunque invisibles para los demás, en nuestra tierra de
nacimiento, donde está el ADN original, pero ya luego de un cuarto de siglo, mezclado
con las nuevas costumbres e idiomas que nos tocó aprender.
Por eso que “no soy de aquí, ni soy de allá…”
If you want to read this blog
in English use the built-in Translator.
Si voleu llegir
aquest bloc en català utilitzeu
el traductor incorporat.
Si vous souhaitez lire ce blog
en français, utilisez le traducteur intégré.
Wenn Sie diesen Blog auf
Deutsch lesen möchten, verwenden Sie den integrierten Übersetzer.
如果你想用中文阅读这个博客,请使用内置的翻译器。
Если вы хотите прочитать этот
блог на русском языке, используйте встроенный переводчик.
Casi dejamos de tener patria. Añoramos.
No somos, lamentablemente y en realidad ya, de ningún lugar.
Es, tal vez, el castigo del exilio.
Lo leí y me parece muy bueno! Toca a todos los emigrantes y sobre todo a los argentinos hayan ido o no al glorioso Colegio.No somos ni de aquí ni de allí.No sólo cambiaron los sitios si no también nosotros.Yo personalmente he vuelto solo por cuestiones de enfermedades y muertes.Pero también me permitieron encontrarme con amigos - hermanos .Del colegio claro ,pero también con lo de antes y los de después.Esos que añoro siempre ,pero también añoro el cielo de Madrid y algunos amigos de aquí
ResponderEliminar.Un abrazo Marína
Sin duda, todos los que nos fuimos, sufrimos el mismo "síndrome". El desarraigo o como quieras llamarlo. Podemos estar 30 años en otro lugar y siempre recordaremos con añoranza el sitio donde nacimos. Por algo será. Por algo el refrán que dice "vaca que cambia de querencia, se atrasa en la parición..."
ResponderEliminarEs bonito y sentido lo que Vd. cuenta aquí. Creo que es un "mal de altura" que afecta a todos los emigrantes sea cual sea su nacionalidad. Yo conozco bastantes personas con su misma nacionalidad de origen, y créame que se de lo que Vd. habla por ellos.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Yo no he emigrado,no siento esa nostalgia, sé que estoy arraigada profundamente a mi país,nunca pude fantasear abandonarlo.La secuencia de presidentes nefastos ha sido amplia,pero las raíces son fuertes.El argentino tiene "ese no sé qué"que te hace sentir en casa,en familia.No lo he sentido en ninguna parte del mundo.Aun conservo amigos y amigas de mi infancia y cuando nos encontramos,sentimos que no nos pasó el tiempo y nos seguimos riendo por las mismas cosas.Reconozco que hay que tener agallas para irse
ResponderEliminar