EL TREN QUE IBA A ALGUNA PARTE
En los
últimos tiempos, debido en parte a los cambios tecnológicos hemos tenido que
realizar en nuestra vida reemplazos en algunos casos que significaron cambios
profundos.
La vida yo la entiendo como ese tren que no sabemos a dónde nos
lleva.
La intimidad por el teléfono móvil (o
celular). Cualquiera nos encuentra en el momento menos pensado y a veces en el
menos conveniente.
La biblioteca por Google. Esto
parecería que abocará finalmente en la desaparición del libro tradicional y su
íntima relación erótica con el lector. Es uno de los temas que más me
entristece.
El papel por una pantalla. Tanto
para escribir, como para dibujar. Ganaron los bites…Tal vez aquí puedan
cohabitar ambos pero la tendencia da a producir el inevitable reemplazo.
Los viajes por los documentales de la
televisión. Reconozcamos que es más cómodo y económico. Te evitas molestias en
los aeropuertos, propinas y saber idiomas. Desde el sofá de casa se lo pasa
bomba!
El flirt por el chat. Ahora se manda un mensaje,
y si “cuela” nos encontramos. En caso de “rebote” de la señorita o del señor…el
tema queda en el aire. No se pasa tanta vergüenza. Se borra y a otra cosa.
El café por una “quedada” en Internet. Hacemos
el encuentro desde la casa de cada uno. Sólo basta tener SKYPE o alguno
similar. Además un amigo puede estar en Australia y otro en África,
coincidiendo para estar juntos.
La llamada por el WhatsApp. El antiguo
llamado telefónico por un mensaje gratuito, que sintetiza palabras y agiliza el
diálogo, haciendo a veces innecesario el encuentro.
La consulta médica por la consulta en pantalla.
Conozco amigos sicoanalistas que pasan visita por SKYPE y ni el paciente ni el
médico se desplazan de su casa. Y todos contentos.
El lápiz por un ratón. Los arquitectos e
ingenieros comprenderán mejor este reemplazo. Ya casi no se dibuja como antes,
ni se calcula. CAD y Excel son nuestros nuevos dioses en la tierra.
La mesa de dibujo por un ordenador portátil.
Ídem anterior.
Los planos en papel por archivos CAD. Ídem
anterior.
El ordenador de mesa por un portátil. Próximamente
el portátil por una tableta. Y así…
Las cartas con sobre y sello postal por el mail.
Quién se acuerda de escribir una carta? Con la ilusión que representaba el
hacerla y/o el esperarla…
Las fotos en papel, por archivos infinitos en nuestras
computadoras o en las Redes Sociales.
Las gafas (o anteojos) por lentes de contacto.
No sólo son más incómodos; además pueden hacerte cambiar el color de tus ojos.
Los “longplay” por los magazines, casetes, los CD,
MP3 y…
No me sorprendería que en un futuro próximo, tal y
como sucede con la moda, volvamos a leer en libros, pidamos una cita con el
médico en su consulta, nos encontremos con los amigos a charlar en el bar de
siempre, volvamos a pedir libros en la biblioteca del barrio, escribamos con “lápiz
y papel”, cortejemos personalmente a la señorita de nuestros sueños, hagamos
planos dibujando a mano, enviemos cartas a nuestros antiguos o nuevos amores, y
si nos reencontramos con estas viejas pasiones, acabemos tomando una copa y
escuchando un longplay de música tranquila, esa que ahora le dicen chillout.
Para luego
de un tiempo, volver a empezar en este tren del que nunca sabremos quién nos dió el
pasaje, ni porqué estamos en él, ni a dónde va, ni tampoco en que estación deberemos bajarnos.
Pero descuiden. Tal vez algún día, nos
enteraremos.
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ResponderEliminarHe tenido que eliminar un comentario, de un Sr. Anónimo, por su lenguaje inapropiado y agresivo. En general, los que se escudan en el anonimato, por algo lo hacen. En general por cobardía. Este era el caso.
ResponderEliminarEse comentario, por ser amable con el autor, a quien Vd. ha tenido que borrar, es otra de las maravillas modernas, de este tren que evidentemente a mi cada día me pilla más. Ahora no hay ni valor para disentir de un parecer. Es mejor ser ANÓNIMO. Pero...., anónimo que es? Si anónimo no es nada o nadie.... En fin como casi siempre, comulgando con los pareceres que normalmente nos habríamos contado con un café o una cerveza, en bar de barrio, sin tele, sin voces.... Otro tren amigo, otro tren que ya no se cogerá. Un cordial saludo
ResponderEliminarGracias por su reflexión Boris, que siempre es bienvenida!.
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