¡EL DERRUMBE: AUXILIO!
Es sobre la Economía, que en la actualidad pasa por un estado mundial de shock.
Me puse a pensar (quien escribe estas líneas es Arquitecto), si a lo largo de mi carrera, en algún momento dudé si podía resolver una amenaza de derrumbe o de daño mayor en algún edificio en los que participé. Me respondí que indudablemente NO. Tengo los suficientes conocimientos para prever el resultado de momento y de futuro, de grietas y ruidos y estallidos en una estructura. Sé en qué y cómo terminan. Y se tomar en consecuencia los recaudos de una urgente evacuación y salvación de las personas que vivan en él para luego solucionarlo estructuralmente. Pero primero las personas.
Veamos otros profesionales.
Los médicos. Cuando hacemos una consulta o cuando estamos en estado crítico (un accidente, un infarto) los profesionales de la medicina, deben actuar con prontitud e inmediatez. Y en lo posible, resolver el tema. Luego vendrán los tratamientos, los cambios de pautas y sugerencias para mejorar nuestro futuro de salud.
Veamos los economistas: los hay de diversas especialidades, pero quiero hacer referencia a los que trabajan en los Gobiernos, en los Presupuestos de los Países, en los Grandes Bancos, en las Empresas Calificadoras, en los comités internacionales, los que manejan los que se llama “los grandes números” estudian y analizan variables matemáticas para créditos, para saber si somos solventes, si podremos pagar.
Parece que no. Que no sabían o estaban tan ocupados en otros temas (seguramente más importantes…) que el iceberg apareció, y no hubo nadie para advertirlo. Lo cierto es que entramos alegremente en una crisis hace 4 o 5 años, de la que no salimos, que se enquista cada vez más y que los mismos que nos llevaron a esta situación, ahora están dando conferencias, cursos y recomendaciones con la misma impavidez que tuvieron para no darse cuenta del desastre antes que ocurriese. Con una cara, realmente a toda prueba.
Haciendo una oculta apelación a su infalibilidad, basada en los importantes cursos, Masters y Doctorados de prestigiosas universidades. Y en general regalándonos hasta grandes sonrisas. Sorprende que casi nadie exija explicaciones. Nadie les echa en la cara la bronca por su desempeño. Nadie pide responsabilidades. A mí (debo confesarlo) se me caería la cara de vergüenza si se me derrumba un edificio por no saber cómo o cuándo ó dónde se debía apuntalar. Además, seguramente iría preso.
Deben darse cuenta las Autoridades Económicas Mundiales, que no necesitamos que el Capitán del Titanic, nos cuente porqué se hundió el barco.
Solo necesitábamos que evitara el naufragio.
Acaba de darme usted la razón, Sr. Weissmann. No esperaba menos.
ResponderEliminarSr. Francisco. Espero nos ilumine con sus conocimientos. Todos los lectores esperamos nos abra los caminos y nos quite de la ignorancia. Espero de su humildad nos honre con algún articulo. No se debe ser avaro con los conocimientos. Y de paso ilústranos con alguna de las obras q su prodigiosa imaginación produce. Muchas gracias
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